No hay cocina perfecta sin un lavavajillas. ¿Qué otro electrodoméstico le brinda al usuario la posibilidad de sortear los hábitos más molestos de la suciedad? Sin lugar a dudas, este es un aparato único e indispensable.
Existen diferentes tipos de lavavajillas: están los que pueden incorporarse bajo la mesada, como los lavavajillas de piso, y los que pueden moverse continuamente, como los lavavajillas portátiles.
Pero, ¿cuáles son sus diferencias? ¿Es complejo el proceso de instalación de lavavajillas? Algunas de estas cuestiones aparecen como preocupaciones antes de comprar estos electrodomésticos.
Si bien todos los lavavajillas cumplen con la misma capacidad, sus características les dan perfiles distintos y beneficios adicionales. Entre los modelos más populares pueden distinguirse los empotrables y los portátiles.
Las diferencias entre el lavavajillas empotrable y el portátil
Por un lado, el lavavajillas empotrable cuenta con la función de sanitizado y el enjuague de alta temperatura. Ello se traduce en su capacidad de desinfectar y reducir las bacterias en un 99.99%.
Las partículas de alimentos son pulverizadas con cuchillas, ya que cuenta con el triturador de alimentos y acaba por garantizar una limpieza efectiva. A su vez, tiene la función Ciclo Smart que proyecta una luz para detectar la suciedad y ajusta la temperatura del agua ofreciendo el ciclo propicio.
Por otro lado, el lavavajillas portátil ofrece como principal ventaja su portabilidad, gracias a mangueras ajustables que toleran la conexión al agua en todo tipo de llaves mezcladoras. También cuenta con ruedas que permiten moverlo permanentemente, sin la necesidad de que se instale en un lugar concreto.
Hablando de sus similitudes, podría mencionarse que el lavavajillas portátil también tiene la función de sanitizado y la de enjuague a una alta temperatura. Desinfecta y reduce las bacterias en un 99.99% y contiene el ciclo Auto Sense, para proyectar la luz que detecta la suciedad.